La canción va dedicada a una mujer de Barcelona de apellido Brunet, después de una noche de desamor por parte del cantante, que se quedó esperándola fuera del nightclub toda la noche.
Como el propio título de la canción indica, es un tema que a ritmo de chachachá, narra el flirteo fortuito en un bar con constantes referencias al lenguaje taurino.
Según palabras del solista del grupo Jaime Urrutia, los otros dos componentes Edi Clavo y Ferni Presas no dieron su total beneplácito a la letra de la canción, lo que supondría a la postre el principio del fin de la banda. Por su parte, la crítica ha destacado la comicidad y lo grotesco de esa letra.
La canción se editó como disco sencillo, contando en su cara B con una versión house. Fue en cualquier caso un éxito de ventas en su momento, llegando a alcanzar el número 6 de entre los sencillos más vendidos del país según la lista elaborada por AFYVE, el 6 de julio de 1990.
El tema está además incluido en el álbum recopilatorio La culpa fue de Gabinete (2004). Jaime Urrutia además, incluyó el tema en su segundo proyecto al margen de la banda, el álbum titulado En Joy (2007).
Saliste a la arena del night club
y yo te recibí con mi quite mejor
Estabas sudadita
pues era una noche que hacía calor
Te invité a una copita
y tú me endosaste el primer revolcón
Tenías querencia a la barra
y tuve que tomar tres puyazos de ron
para sacarte a los medios
con el beneplácito de la afición
que con olés me animaba
mientras me arrimaba a tan brava mujer
Y yo bolinga, bolinga, bolinga
haciendo frente a la situación
con torería y valor
Y allí en la arena del night club
citando sin ventaja y contento de ron
Te ceñí la cintura
palpando tu faja con garbo y valor
entre olés, ovaciones
y aclamaciones de satisfacción
La culpa fue del Cha-cha-chá
que tú me invitaste a bailar
Embistiendo a mi capote
yo me asomaba al balcón de tu escote
La culpa fue del Cha-cha-chá
sí fue del Cha-cha-chá
que me volvió un caradura
por la más pura casualidad
Salimos por la puerta del night club
cogidos de la mano para celebrar
el triunfo verdadero
del arte torero y del cha-cha-chá
que nos unió para siempre
sentimentalmente por casualidad
Por eso la culpa fue del Cha-cha-chá
yo sé que la culpa fue del cha-cha-chá
por eso la culpa fue del cha-cha-chá
La culpa fue del Cha-cha-chá
que tú me invitaste a bailar
Embistiendo a mi capote
yo me asomaba al balcón de tu escote
La culpa fue del Cha-cha-chá
sí fue del Cha-cha-chá
que me volvió un caradura
por la más pura casualidad.
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