La Música de siempre

La música tiene un poder único para influir en nuestras emociones, y la alegría es una de las respuestas emocionales más comunes. Cuando escuchamos música que nos gusta o que tiene un ritmo enérgico y positivo, nuestro cerebro libera endorfinas, conocidas como las "hormonas de la felicidad", lo que puede generar una sensación de alegría y bienestar. Cada persona tiene sus propios gustos musicales, pero hay géneros y canciones conocidas por su capacidad para levantar el ánimo. Por ejemplo, la música pop, el reggae, la música dance y muchas canciones con letras optimistas tienden a tener un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas.

viernes, 18 de marzo de 2022

La música del siglo XX

Para comprender la música en el siglo XX, es importante acercarse primero a la del siglo XIX, y en especial a una corriente llamada impresionismo. Esta corriente supuso una auténtica liberación, se va a luchar por una música más individual y personal, saliéndose para ello de las normas establecidas, la música impresionista pretende destacar el impacto que provoca la obra al ser escuchada. Se aplican nuevos acordes, colores y sonoridades. En esta música el sonido va a constituir el alma de la música.

La música del siglo XX

  • Claude Debussy (1862-1918), nacido en Francia generó ideas completamente nuevas en la forma, la orquestación y fue uno de los renovadores más eficaces de la Historia de la música en el mundo occidental. A partir de la ruptura que supuso el impresionismo, el panorama artístico europeo, lo mismo en arte que en música va a cambiar enormemente. Cada músico tiende a crear su arte independiente, además los diversos estilos se irán sucediendo a gran velocidad.
  • Ígor Stravinsky (1882-1971), una de las figuras más importantes del siglo XX. Toco en su obra los aspectos más variados, investigó en todos los aspectos de la música, se subió al carro del neoclasicismo donde trata de acomodar su música a la de la finales de barroco. Si hay algo que caracteriza al siglo XX es la ruptura con la tonalidad “Atonalismo”. Esta regla consiste en crear una Música completamente distinta, obviando las reglas que rigieron durante siglos de ceñirse a una tonalidad. Primero se rompe con la armonía, luego con la melodía, el ritmo y con todo lo establecido.
  • Bela Bártok (1881-1945), músico húngaro, es uno de los músicos que más va a influir en la música del siglo XX. Bartok consigue unir la música moderna con la tradicional, creando un lenguaje nuevo.

Mientras tanto en Italia aparecen una serie de músicos que incorporan a su música, nuevos objetos sonoros: la incorporación de ruidos. Esta corriente se llamó Futurismo y afecto tanto a la música como a la literatura y al arte. El futurismo pone como punto de partida el ruido, no el sonido.

En Francia mientras tanto, surgió paralelamente el Bruitismo (del francés Bruit, ruido), que parte de ese mismo punto.


Sin embargo, el siglo XX, desde el punto de vista musical, pasa a la historia por la aparición de numerosos géneros musicales además del clásico o culto-académico, sin que esto nos lleve a pensar que la música clásica sea una especie de clerecia que pase a convivir con una juglaría de subgéneros. De hecho, tanto el blues como el jazz se consideran géneros musicales de tanta calidad como la propia música clásica.

De forma más concreta los géneros musicales más importantes que aparecen en el siglo XX son:

  • El jazz surge a partir del folk blues.
  • El blues, género vocal e instrumental surgido en la comunidad afroamericana de EE.UU.
  • El gospel, música vocal de carácter sacro originado en EE.UU donde el coro cumple un papel importante.
  • El funk, con fuertes influencias del jazz.
  • El rock, que asume las influencias del blues y el jazz y que a partir de 1950 se convierte en un género de masas.
  • Los ritmos latinos.
  • El flamenco, originario en Andalucía, España.
  • El tango, un género asociado a la danza proveniente del Río de la Plata.
  • Otros estilos musicales que pudieran ser un subgénero, como el swing y el pop. Pero lo más importante del siglo XX y de la música es la influencia que ésta ha ejercido en la sociedad a través de su difusión masiva en la radio, televisión y los soportes electrónicos. Nunca antes esa influencia ha sido tan grande y ha provocado cambios en las formas de vida de millones de personas como es el caso del rock. Esa influencia también ha sido aprovechada por artistas para cambiar concepciones ético-morales en las personas, como ocurrió con músicos como John Lenon y su canción Imagine; My ame is Luka, de Suzzane Vega, que mentalizó a muchos sobre la violencia de género en los años 80; Biko, de Peter Gabriel, canción con la que se denunció el apartheid en Sudáfrica, o Streets of Philadelphia, de Bruce Springstein, que logró sensibilizar a la sociedad occidental a la hora de mirar a las personas enfermas de SIDA. Los ejemplos son innumerables.

En otro estilo de música como es el rap, dentro de la cultura hip-hop y desde el gran Tupac Shakur, se han dado un sin fin de solistas y grupos que con la mezcla rítmica de rimas, juegos de palabras y poesía y fundamentándose sobre todo en la experiencia vital, ponen el acento en dar a conocer y denunciar la injusticia social. De hecho, el rap, al haberse acuñado en los suburbios, llena todas sus letras con la protesta social y la denuncia. El lenguaje utilizado no es políticamente correcto, incluye palabras mal sonantes y ataca directamente al sistema. En muchas composiciones se encuentran reclamaciones a los derechos de las clases más desfavorecidas. – Fuente>>


Desarrollo en la tecnología

Música electrónica

El vertiginoso desarrollo de la tecnología a partir de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) trajo como fruto la incorporación de sintetizadores y a la música creada por computador (que se podría llamar «música cibernética»).

La primera manifestación de la música asistida por medios electrónicos fue la «música concreta», que se creaba a partir de grabaciones magnetofónicas de ruidos y de sonidos naturales.

En 1952 se creó en Alemania el primer estudio exclusivo de música electrónica. Esta música esta exclusivamente creada con sonidos producidos electrónicamente y parte desde lo que se llama “tono sinusoidal”, un sonido puro, sin armónicos, que es físicamente desagradable y que hay que elaborar con aparatos muy complicados.

Entre las primeras obras puramente electrónicas se encuentran Estudio I y Estudio II del compositor alemán Karlheinz Stockhaussen.

Sin embargo la música electrónica creó descontento en los compositores desde el principio ya que aunque permitía un control exacto y una precisión absoluta sobre la obra, este resultaba pobre y parecía carecer de vida. Por ello, muchos compositores unieron la música concreta y la electrónica, para crear un género que goza de gran popularidad desde entonces y hasta hoy en día, la música electroacústica.

En nuestros días, el panorama musical mundial se caracteriza por un pluralismo cultural y por la irrupción de las culturas y músicas populares en la vida diaria de todos.

El abismo entre compositor y público es hoy más acusado que nunca y la música «académica» parece haberse distanciado de los gustos y preferencias del público, más interesados por las músicas más populares y cercanas, tales como el rock, el pop, etc.


Jazz, Rock y otros géneros desde el Siglo. XX

Aunque en el periodo que va desde el final de la Guerra de Secesión hasta el fin del siglo XIX, ya existían bandas que tocaban algo parecido a un jazz rudimentario, suele considerarse a Buddy Bolden como la primera figura del estilo definido. Se denomina «estilo Nueva Orleans» a esta forma inicial del jazz. Aún no se ha desprendido de las influencias del minstrel y contiene las características del hot.

El cierre por las autoridades de Nueva Orleans del barrio de Storyville en 1917, supuso un importante contratiempo para la mayor parte de los músicos de jazz de la zona, pues en este distrito de ocio se concentraban casi todos los locales de música en vivo.​ Este hecho inició la migración de los músicos hacia las ciudades del norte, y especialmente a Chicago a comienzos de la década de 1920.


En el último tercio de la década de 1920 en Nueva York se estaba desarrollando una nueva forma, que se consolidó sobre todo como resultado de la migración masiva de músicos de Chicago hacia la “ciudad de los rascacielos”.​ Las big bands fueron las que marcaron el rumbo de un nuevo estilo.

Los músicos bebop ponían el acento en el papel del solista, que ya no era el de entertainer de épocas pasadas, sino un creador al servicio sólo de su propia música.

El nacimiento del cool tuvo lugar hacia fines de los años cuarenta. El nuevo estilo se derivaba del bebop, pero resultaba una música más cerebral, que tenía como principal objetivo el establecimiento de una atmósfera “meditativa”.

El bop evolucionó y algunos músicos desarrollaron formulaciones similares a las que ya se habían dado en la música clásica en los años veinte, con la irrupción, por ejemplo, de la atonalidad en el jazz de los años sesenta. Está aceptado por la crítica que el free jazz toma carta de naturaleza en 1960, con la publicación del disco homónimo de Ornette Coleman.


El rock and roll nació en los años 50 como una música de ritmo rápido que surgía fundamentalmente de un maridaje entre el rhythm and blues negro y el country blanco. En la década de los 60, las figuras dominantes del rock primigenio americano tuvo que ceder protagonismo ante el avance de una nueva oleada de grupos británicos que habían recibido su influencia. Surge lo que se denominaría Invasión británica, bandas que contribuirían a la evolución del rock y al surgimiento de la nueva cara de la música popular blanca: la música pop. Al mismo tiempo, se consolidaron nuevas tendencias entre los norteamericanos de color, como el soul y el funk. Se produjo también en Estados Unidos un revival de la música folk, con la canción protesta.


Los años 70 vieron nacer nuevos estilos, como el hard rock y el heavy metal (variantes del rock más duras y de guitarras eléctricas más distorsionadas), el reggae de origen jamaicano, el rock progresivo, el punk, el rap, la música disco (que dominó las pistas de baile), o los primeros pasos de la música electrónica en el ámbito de lo popular.

La incorporación de los sonidos sintetizados y la popularidad del videoclip marcaron la estética de la música pop de los 80. En los años 90, el grunge y el rock alternativo comparten protagonismo con el britpop en las listas de éxitos, mientras la escena dance, vinculada a las pistas de baile, desarrolla una cada vez más variada prole de subgéneros electrónicos (trancedrum and basschill-out, etc.).

La música popular entra así finalmente en el siglo XXI con un ya amplio bagaje a sus espaldas, caracterizado por la multitud de géneros y estilos que han ido tomando forma década tras década, y conformando un extenso y variado cuerpo de música apreciado por gente de distintos gustos, edades, ideologías y extracciones sociales a lo largo y ancho de todo el mundo.


Música cinematográfica

Por música cinematográfica se entiende toda música, por lo general orquestada e instrumental, compuesta específicamente para acompañar las escenas de una película y apoyar la narración cinematográfica. Dentro de este tipo también se encuentra la llamada “música incidental”.

Esta música forma parte de la banda sonora de la película, típicamente abreviada como “BSO“, que también suele incluir música preexistente, diálogos y efectos de sonido, y comprende una serie de piezas orquestales, instrumentales o corales llamadas señales, que están programadas para comenzar y finalizar en puntos específicos durante la película con el fin de mejorar la narración dramática y el impacto emocional de la escena en cuestión. Las partituras están escritas por uno o más compositores, bajo la guía o colaboración del director o productor de la película y generalmente son interpretadas por un conjunto de músicos, la mayoría de las cuales incluyen una orquesta o banda, solistas instrumentales y coro o vocalistas. – y grabado por un ingeniero de sonido.

Las bandas sonoras originales “BSO” de las películas abarcan una enorme variedad de estilos de música, dependiendo de la naturaleza de las películas a las que acompañan. La mayoría de estas son obras orquestales enraizadas en la tradición clásica occidental, pero muchas otras están influenciadas por el jazz, el rock, el pop, el blues, la música new age, la música de “ambient”, y una amplia gama de estilos de música étnica y mundial. Desde la década de 1950, un número creciente de bandas sonoras también han incluido partes y elementos electrónicos, y la mayoría de la música escrita hoy para cine presenta un híbrido de instrumentos orquestales y electrónicos.

Desde la invención de la tecnología digital y el muestreo de audio, muchas películas modernas han podido contar con inserciones digitales para imitar el sonido de instrumentos en vivo, y sus bandas sonoras son creadas y ejecutadas completamente por los propios compositores mediante sofisticados programas de composición musical, como Cubase, Logic Pro o Digital Performer, entre otros.

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